El jueves pasado fue el día de los enamorados, pero también fue el día elegido para la inauguración de un espacio cultural en la zona del Abasto. “Abasto con Glamour” abrió sus puertas por primera vez dando una oferta agradable para aquellos que gustan de la cultura, la buena comida y sobre todo de las performances en vivo y de manera exclusiva.
La invitación estaba dada para las 21.30 horas, en Agüero 461, a casi media cuadra del shopping Abasto. A simple vista desde afuera es un caserón como cualquier otro de la zona, lo que hizo que muchos dudáramos que fuera el lugar correcto donde debíamos asistir. Subiendo un piso por escaleras algo estrechas, se descubre un lugar acogedor.
Al observar a los presentes, quienes la mayoría se conocían, y la ambientación de algunos sectores con libros y botellas varias, da un espíritu bohemio casi setentoso que tiene su toque final con los menúes que estaban hechos con las cajas de viejos vinilos (me gustó uno es particular que era de Alta Tensión por el solo hecho del significado setentista que representa, ya que su música no me agrada)
El “complejo” se divide en tres: un bar donde ofrecen comida macrobiótica y diferentes bebidas a precios accesibles; una tienda de ropa exclusiva y un lugar dedicado a las presentaciones, donde hay algunos sillones.
A partir de las 22 horas comenzaron los shows (tres para ser más precisos y con una duración aproximada de 30 minutos cada uno). La gente se amontonó para escuchar las poesías de Luciann, el encargado de abrir la noche.
Casi una hora después que terminó el poeta, Macramota pidió a los presentes que se acerquen a escuchar su música en lo que seria el comienzo musical de la noche. Se presentó junto a su guitarra y sin micrófonos ni amplificadores empezó a cantar. Por momentos sucedió lo mismo que con Luciann, no se oía casi nada, sobre todo en los temas más melódicos donde la interpretación de los sonidos no requerían la utilización de volúmenes tan altos de voz. Los ritmos más “movidos” se escucharon de lujo, ya que la voz de este cantante es genial para hacerse oír, tiene un gran caudal y un sonido muy particular, que algunos concurrentes se atrevieron a decir que se parecía a Jaime Sin Tierra. Las letras de Macramota, las que se pudieron escuchar, son muy románticas, cada palabra era un puñal en el pecho.
A las 23.40 introdujeron en la sala de conciertos varios instrumentos, ¡incluso un contrabajo!, y desde ese momento la gente se empezó a reunir en ese lugar para poder escuchar a Nacho Rodríguez y los Caracoles. 5 minutos antes de la medianoche comenzaron a tocar. Sus melodías son totalmente rítmicas y contagiantes de alegría, hay que destacar la energía que tiene a la hora de cantar, disfruta cada momento al igual que sus compañeros. Su segundo tema fue una bossa nova preciosa cantada en falsete, que se disfrutó imaginando que estábamos en alguna playa brasileña por el calor del lugar. Por otra parte, se notaron fusiones en sus temas: flamencas, bossa y country. Una de las interpretaciones fue un cover del dúo chileno Perrosky y otro fue dedicado a los enamorados en su día. Para el anteúltimo tema se transformó en León Gieco, con su armónica y su guitarra y presentó a sus acompañantes. Finalmente, hizo un bis del primer tema que tocó como despedida.